¡Cuando la fe mueve montañas!

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El CD Laredo empató 2-2 en la matinal dominical recibiendo al Real Avilés Industrial, en un partido en el que fue perdiendo 0-2. La fe de los jugadores, su coraje y el apoyo de un San Lorenzo volcado lograron alcanzar lo que se veía muy lejano mediada la segunda mitad, demostrando que este equipo está muy vivo y “vamos a dar mucha guerra”, como decía en rueda de prensa el entrenador Juanma Fernández, añadiendo que “tengo fe en estos jugadores, aquí no se va a rendir nadie. Creo en la salvación y creo en mi gente”. Sobre el partido comentó que “dimos frescura por fuera. Junto al balón parado, nuestra gente y el coraje de los jugadores, han hecho que pudiésemos empatar el partido. El empate es justo, pero podía haber caído de cualquiera de los dos lados” y es que el Laredo apretó de lo lindo en el tramo final, enrabietado, generando para haber incluso ganado el encuentro. Seis partidos sumando, con dos victorias y cuatro empates que generan en el equipo moral y confianza para lo que está por venir, con la afición de San Lorenzo disfrutando y a muerte con su equipo incluso en los peores momentos.


El partido comenzó con un ritmo no demasiado alto, pero con calidad por ambas partes y sin ocasiones claras, hasta que al cuarto de hora de juego anotaba el visitante Nico, anulando el gol el colegiado por fuera de juego. El duelo continuaba con mucha pelea, con más posesión del equipo asturiano y llevando algo más de peligro. Hubo que esperar a la media hora de partido para ver la primera ocasión clara, con un remate de cabeza a bocajarro y picado de Nico al que respondía David Puras con el pie en una parada de ensueño.

Apretaba los dientes el Charles y buscaba llevar peligro, pero en el 38’ Javi Cueto remataba dentro un centro lateral para abrir el marcador. A cinco del descanso y tras una larga jugada combinativa del Laredo, Isuardi la enviaba a la media vuelta con clase saliendo fuera rozando el larguero.


Nada más comenzar la segunda mitad ampliaba diferencias el Avilés por medio de Nico. Era el 0-2, un resultado que, sumado a la situación del Charles en la tabla, hubiera hecho bajar los brazos a muchos equipos. Al Laredo no. Sacaron coraje, orgullo y ganas; muchas ganas de firmar una gran segunda mitad y complicarle el partido al rival, uno de los mejores del grupo.


Un gran disparo de Arru que se colaba lo sacaba el meta visitante por encima en buena parada. El Charles se iba arriba, en lo futbolístico y en lo anímico. Y el público en comunión con su equipo. Isuardi jugaba con Laviada y su disparo se estrellaba en el larguero. Juanma Fernández daba entrada a Vassilakis y a Arriola y poco después a Héctor Tirado.


Y es que tras el buen hacer de los que salieron de inicio, había pólvora en el banquillo. Llegaba una muy buena jugada con intento de remate de Dani Ojeda y remate de Iker Torre que se iba fuera. Poco después Vassi recibía de Iker, recortaba a su par y la enchufaba pegada al primer palo para recortar diferencias. Los jugadores creían, la afición creía, había fe y el objetivo de puntuar estaba muy cerca. El Avilés, encerrado en su campo, bajaba enteros. Los que subía el Laredo. Arru la tocaba delante del primer palo y no entraba por poco.


Oliver sustituiría a Laviada y en el primer tramo de la prolongación llegaría el delirio y la recompensa. Iker Torre, otra vez, anotaba de cabeza ante un San Lorenzo enloquecido. 2-2. Quedaban unos minutos para el milagro y aunque la última la tuvo el Avilés, el Charles dispuso de varias acciones para haber hecho el tercero. Hubiera sido merecido. ¡Grande Charles!.