Ocho historias racinguistas para conmemorar el Día Internacional de la Mujer

Redacción
Racing

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El Real Racing Club se suma al Día Internacional de la Mujer -que se conmemora cada 8 de marzo tras su declaración por la Organización de Naciones Unidas en 1975- y muestra su firme compromiso con la igualdad. Para visibilizarlo, el club cántabro reunió en Los Campos de Sport de El Sardinero a ocho mujeres -cada vez más protagonistas en el fútbol- unidas por un mismo sentimiento, el amor por los colores verdiblancos.


Pilar González es la más veterana y pese a haber nacido en Vigo su corazón pertenece al Racing. La primera vez que vio al equipo verdiblanco fue con una entrada que uno de sus hijos llevó a su marido y terminó en sus manos. Así comenzó a escribir esta gallega su historia de amor racinguista, pues a sus 87 años sigue yendo a Los Campos para animar a su equipo: “antes apenas se veían mujeres, afortunadamente eso ha cambiado y ahora da gusto ver las gradas”.


Allí, en Tribuna Sur, conoció a Elena Alonso, que vio su primer encuentro en El Sardinero con 16 años y a los 63 mantiene intacta la ilusión. En su montaña rusa de emociones, no puede olvidar el día que su ‘Racing´ certificó su clasificación para la UEFA ni la noche del 30 de enero de 2014 en la que los verdiblancos protagonizaron una imagen que dio la vuelta al mundo, la del plante por la dignidad.


El destino de Lucía Gómez parecía inevitable. Francisco Hernández Galán, quien fuera jugador y entrenador del Racing, era tío de su madre y relata que siempre iba al campo con él: “recientemente vimos una fotografía en la que aparecía sentada en la tribuna y nos sorprendió que no había ninguna otra mujer. Gracias a ella todos en mi familia somos del Racing y sabemos que el amor por unos colores no tiene nada que ver con ser hombre o mujer”. 


Noelia y Pamela Muñoz son hermanas y, como muchas otras cosas, comparten equipo. Al que hace 72 horas vieron en La Rosaleda ganar al Málaga CF. Para Noelia el Racing es “el amor incondicional que siempre está”, mientras que Pamela confiesa que “empezó siendo una afición, pero hoy en día es una necesidad.




Un fin de semana sin verle me produce vacío”. Ambas hermanas nunca han tenido la sensación de estar en un mundo de hombres ni que nadie las hiciese de menos por ser mujeres. “Siempre nos hemos sentido unas más, como lo que somos”, concluyen.


María Sánchez pasó, en pocos minutos, de la cola de las taquillas de Los Campos de Sport a trabajar en la Tienda del Racing. Iba a comprar una entrada para el partido frente al Unionistas CF, vio un cartel en el que se buscaba dependienta, dejó su currículo y a medio camino del viaje a Salamanca se dio la vuelta para realizar la entrevista y obtener el trabajo. Lleva más de un año en el club de su vida y reivindica el papel de las mujeres en el balompié: “en la tienda y las taquillas somos más mujeres que hombres y nos sentimos respetadas y queridas por los aficionados que vienen a comprar”.